La Libertad sexual debería estar por encima de aspectos políticos y religiosos, porque es un derecho individual, por lo que las leyes y los dogmas no deben estar por encima.
Ojalá que no tuviéramos que reivindicar estos derechos porque supondría que se ha normalizado lo que deberíamos entender por normal.
Siempre he estado totalmente convencido de que la libertad del individuo es el mayor poder que confiere un Estado democrático.
Quererse, aceptarse y valorarse como uno es conduce hacia la felicidad plena, que otras personas nunca consiguen obtener.
Ser uno mismo, nos permite decidir a quien besar, a quien amar… Eso es la libertad, eso es ser diferente.
¿PORQUÉ SER DIFERENTE CUESTA TANTO?
Existe una parte de la sociedad que muestra cierto temor a cuanto es diferente, una sociedad con inseguridad interna que necesita de una seguridad externa, volviéndose rígida, cerrada e inflexible.
Esta parte de la sociedad, que cree que su única visión es la válida, está empeñada en privar a los demás de su bien preciada "Libertad".
Es responsabilidad particularmente importante de los líderes políticos, debido a su capacidad de influir en un amplio sector en la ciudadanía; llegar a consensos para evitar los efectos nocivos que sufren ciertos colectivos como el LGTBIQA+.
A nadie le gustaría que le impongan lo que debería pensar, qué decir y cómo actuar, aunque existen personas que se empeñan en imponer a los otros a quien besar y a quien amar.
La intolerancia, la rigidez, el miedo a lo diferente, sólo se cura con información, empatía y amor.
Queda mucho por hacer y el amor no encuentra diferencias en la identidad y diversidad sexual. Por lo tanto, todo mi apoyo a los colectivos LGTBIQA+ en su justa reivindicación.
FRANCISCO JAVIER MARTINEZ VALIENTE
Coordinador de C´s Mula y Secretario delegado de organización local del Noroeste y Río Mula
El amor y la intolerancia cultural
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