<link href="https://fonts.googleapis.com/css?family=Roboto:400,400italic,300,300italic,700,700italic" rel="stylesheet" type="text/css"/>
19
Vie, Abr
2 Nuevo Articulo

La Noche de los Tambores en su primer año como Interés Turístico Internacional

Tipografía
  • Mas pequeño Pequeño Medio Grande Super Grande
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

 Mula cuenta las horas para la llegada de la media noche de este Martes Santo cuando la ciudad vivirá su mágica Noche de los Tambores en su primer año como Interés Turístico Internacional.

Con los tambores y las túnicas preparadas, durante la tarde, los muleños se reúnen en peñas, con familia y amigos para disfrutar de los momentos previos a la tamborada. A las doce menos cuarto de la noche, la plaza del Ayuntamiento y aledaños ya son un hervidero de gente, de túnicas negras y tambores.

Las luces se apagan y los corazones resuenan al unísono esperando la llegada de la media noche, al aviso de las doce campanadas de la torre del reloj, en el silencio el repicar de los palillos en alto de los tamboristas, la llamada a la tamborada y, Mula Suena, centenares de tambores sonarán bajo el mismo sentir, reviviendo la historia que forma parte de un pueblo entrañable y el amor por una tradición que se inculca de padres a hijos y que traspasa fronteras.

El sonido atronador de los tambores ya no cesará y los muleños y visitantes llenarán las calles de la ciudad en una pasión única donde tambor y tamborista se entrelazan y pasan a ser un único elemento.

Mula engrandece con el festejo de la Noche de los Tambores, su festejo más multitudinario y que año tras año sigue llamando la atención a miles de visitantes que disfrutan de esta tradición y la hospitalidad del muleño, ya que nadie se marcha de Mula sin haber tenido la posibilidad de hacer sonar un tambor.

Las horas pasan y los tambores siguen resonando, la noche más larga, la noche donde Mula no descansa, muchos son los tamboristas que aguantan y no cesan en su toque de forma continuada y, al amanecer y en las primeras horas de la mañana, el hervidero de tamboristas toma fuerza y las calles vuelven a acoger a más tambores, familias enteras, niños, mayores, la tradición sigue y se mantendrá hasta las 4 de la tarde para dar paso al descanso y la solemnidad de la procesión de Miércoles Santo.

Los tambores volverán a sonar durante la jornada matinal del viernes y tras la procesión el Domingo de Resurección cuando, a las 9 de la noche, los tamboristas se dirijan nuevamente a la plaza para, con el sonido de las campanadas de la torre del reloj, los tambores callen hasta el próximo Martes Santo.

Fuente: Micaela Fernández