<link href="https://fonts.googleapis.com/css?family=Roboto:400,400italic,300,300italic,700,700italic" rel="stylesheet" type="text/css"/>
25
Jue, Abr
11 Nuevo Articulo

Tambores de Mula: redobles de tradición

Tipografía
  • Mas pequeño Pequeño Medio Grande Super Grande
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Miles de tamboristas y visitantes inundan las calles de Mula en su noche mágica del tambor

Y la tradición se hizo redoble un año más. Miles de personas vivieron la noche mágica de la tamborada muleña en la que tamboristas y visitantes inundaron las calles del centro histórico de la localidad.

Autoridades locales y regionales no quisieron perderse la cita con Mula y, ataviados con sus túnicas y tambores, se entremezclaban entre la gente como un muleño más.

Fieles a la cita, los tamboristas, ataviados con sus túnicas negras y sus tambores, empezaban a llegar a la plaza del Ayuntamiento minutos antes de la medianoche en un ir y venir para poder estar en el centro de la fiesta, junto a la torre del reloj, y vivir la emoción de los minutos previos al inicio de la fiesta.

Con la plaza y calles aledañas abarrotadas de tambores, muleños y visitantes, las luces dejaban paso a la oscuridad y sólo los latidos de un corazón, al unísono con los tamboristas, anunciaban la llegada del inicio del toque de tambores. Con la llamada a la tamborada y las doce campanadas sonando desde la torre, los tambores empezaban a sonar convirtiendo la ciudad en un ensordecedor paraíso donde el muleño hacia redoblar la historia y tradición, una tradición que pasa de generación en generación y que es un sentimiento único en el que el muleño y su tambor pasan a ser uno solo y donde libera su entusiasmo y pasión en cada golpe sobre la piel del tambor.

Cuando la noche empezaba a robar los minutos al reloj, los tamboristas iban abandonando la plaza y llenando las calles de Mula de sonidos interminables que retumbaban en la lejanía. Durante toda la noche los tambores redoblaban sin descanso ante la grandeza del encuentro con familiares, amigos y desconocidos que disfrutaban atónitos ante la singularidad de este festejo y donde el muleño mostraba su hospitalidad acogiendo a los visitantes como uno más.

Un importante dispositivo de seguridad y emergencias velaba por que la noche transcurriera con normalidad y donde, un año más, se contaba con puntos violeta para atender cualquier tipo de incidencia.

Con la llegada de las primeras horas del día, aquellos que habían parado para descansar volvían a retomar las calles y, nuevamente, las ciudad se llenaba de tambores, familias enteras, niños y mayores, jóvenes y no tan jóvenes, en grupos, en peñas, en un mismo sentir.

Este año, además, la Asociación de Tamboristas de Mula ha retomado una tradición que se estaba perdiendo y durante toda la mañana de este miércoles, hasta agotar existencias, dispondrán de flores para engalanar los tambores de todo aquel que lo desee.

Los tambores permanecerán sonando hasta las cuatro de la tarde cuando dejarán de tocar para dar paso a la procesión de Miércoles Santo.

 

Fuente: La Opinión de Murcia-Micaela Fernández